En los años sesenta y setenta la economía de
la ciudad de San Fernando se sustentaba en tres pilares básicos: Militares,
Constructora Naval y Bazán. ¿Quién no recuerda en su niñez haber escuchado el
pito de la Constructora Naval ,
el tren obrero de la Bazán y las calles llenas de militares transitando de un
sitio a otro?.
Claro que esto queda muy lejos, aunque es
bueno hacer un ejercicio de memoria para saber lo que fuimos y lo que queremos
ser.
En la actualidad se ha reducido a la mínima expresión
la presencia de militares en la ciudad, la Constructora Naval
ya no existe y Bazán (hoy Navantia) no pasa por su mejor momento en cuanto a
carga de trabajo. Polígonos industriales con empresas cerradas o ruinosas,
reflejo de la crisis que nos azota y que está arruinando a muchos ciudadanos.
Una ciudad con este escenario y con cien mil habitantes ¿qué futuro le espera?.
Pues bien, ¿hasta cuando va a estar esta
ciudad sumida en un letargo infinito, sin querer despertar para ver las duras circunstancias
que se vive en su entorno?. Esta situación se antoja insostenible si no hay un
cambio radical en las políticas municipales que deberían encaminarse hacia la
generación de empleo y actividad en todos los sectores presentes en la ciudad.
Y es ahí donde radica el papel importantísimo de Navantia como empresa
generadora de empleo. Es a día de hoy la única opción a corto plazo de reducir
el alto desempleo de la ciudad de San Fernando. Estamos esperando un gesto a favor de estas iniciativas por parte
del máximo regidor político de la ciudad que aún no se ha producido. Será que
no le afecta a él directamente.
Se echa en falta una apuesta convincente y un
compromiso serio y real de toda la clase política y de la sociedad isleña para,
en la medida de lo posible, paliar el drama social que azota la ciudad
producido por la lacra del desempleo. Serían muchas empresas de la zona las que
se beneficiarían y por ende muchos trabajadores en paro podrían encontrar
empleo. Y no un empleo en precario, sino con derechos.
De no ser así, no podrán evitar que los
ciudadanos nos preguntemos:
¿Cómo pueden andar por las calles ajenos a la
crueldad del paro que azota a sus ciudadanos y no hacer nada?
¿Cómo no se sonrojan cuando ven las colas de
los comedores sociales y del banco de alimentos, consecuencia del paro
existente en la ciudad?
¿Cómo ven a diario el impago de nóminas en
multitud de empresas y ellos siguen cobrando las suyas?
¡HASTA
CUANDO!
¡DESPERTEMOS
DE UNA VEZ O LA PESADILLA NOS
MARCARA PARA SIEMPRE!
Francisco Sobrero Caballero
Miembro del Comité de Empresa
Navantia San Fernando
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