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lunes, 5 de noviembre de 2012

DEL SUBMARINO DE PERAL A LOS BAM DE NAVANTIA

San Fernando tiene mucho de que sentirse orgulloso. Uno de los muchos motivos, no pasó desapercibido ni para la prensa ni para la sociedad isleña de la época, quedando fielmente reflejado en el Diario de Cádiz de hace ya 125 años.

Este hecho tan importante y que supuso una revolución mundial en la estrategia naval fue el comienzo de la construcción del submarino de Isaac Peral. Este tipo de buque, revolucionario en su época, se gestó en la Isla gracias a los conocimientos y buen saber hacer de un pueblo entregado al bien común.

Este hecho tan importante hubiera quedado marcado a fuego en la memoria colectiva si le diéramos la importancia que tienen nuestros astilleros, y si hubiera primado el interés general y la visión de futuro ante una campaña de desprestigio y derribo del inventor Isaac Peral y al primer submarino del mundo.

Tan solo diez años más tarde Alemania construía su primer submarino y en otros diez años más disponían de una flota completa de submarinos.

¿Que sería hoy en día de la bahía de Cádiz si ese proyecto hubiese culminado y fuéramos el referente mundial en la construcción de submarinos?

Y aunque la frase queda ya manida, no por ello es menos cierto que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.

Navantia San Fernando, heredera directa de nuestra Bazán y de trescientos años de construcción naval en nuestra ciudad, una vez más ha puesto en marcha un proyecto innovador y de tecnología punta que está llamando la atención en las marinas del mundo por su facilidad de control y la eficacia de sus actuaciones.

Estos buques, los BAM (Buques de Acción Marítima), en la actualidad han desplazado a otros buques en tareas como la protección de los pesqueros en aguas de Somalia, gracias a su amplia versatilidad, pero también gracias al ahorro económico que supone utilizar este modelo de buque.

Tenemos el producto, igual que lo tuvimos hace 125 años, pero para lograr que sea punta de lanza en el mercado internacional, necesitamos una apuesta clara por querer desarrollar nuestra bahía y que el compromiso del gobierno central de construir una segunda fase se haga una realidad.

Todos sabemos los momentos en que vivimos, pero precisamente por ello, porque estamos en la comarca con mayor pobreza y paro de toda la Europa comunitaria, es el momento para intentar consolidar el empleo del sector naval, fomentando un producto autóctono que crea más empleo y potencia la industria local.

Esperamos que la historia de los BAM, y de los trabajadores de Navantia, no acaben como Isaac Peral, que tuvo que abandonar la marina y emigrar a Alemania.